domingo, 28 de abril de 2019

Agridulce...

Domingo de mañana temprano...
Afuera llovía...
La clínica parecía aún más triste... Así...vacía...
Vos peleando con todas tus agallas una batalla cruel y dura...
La rutina del alcohol en gel en las manos para evitarte un mal extra, como si ya tuvieras poco...
Tu mueca que quería ser sonrisa dándome los buenos días cuando me viste llegar...
Intentar una charla que no pidiera respuestas para evitar que te agites... Miles de pavadas sin sentido, tratando de llenar un silencio que me hacía aún más doloroso ese domingo gris.
De repente tu cara iluminándose con ese permitido de tu doctora. Helado de dulce de leche elegiste con todas las ganas. Y mousse de limón, por sugerencia de nuestra amiga , para que pareciera más "sanito".
Salí bajo la lluvia en busca de una heladería que estuviera abierta un domingo a esa hora. Hubiera caminado cien kilómetros detrás de ese mimo que te hizo tan feliz.
Volví habiendo cumplido mi misión con el helado celosamente guardado bajo mi campera. Esquivé las miradas del personal de seguridad que intentaban encontrar el helado sin éxito.
Me recuerdo entrando triunfalmente a tu habitación, sin saber que ellos estaban al tanto de la autorización médica para el ingreso de ese trofeo helado. Relato mi aventura, arrancando una de tus  últimas carcajadas que aún resuena en mi cabeza.
Y te dejé así...con la complicidad de esa amiga en común, que te ayudó a saborear uno de esos últimos pequeños placeres...
Las tengo a ambas grabadas a fuego en mi retina, con la cara llena de picardía como quien hace una travesura y la disfruta.

Recuerdo agridulce...como cada vez que te pienso y te extraño...

Agridulce como la vida misma...

Agridulce...como un helado de dulce de leche y mousse de limón...

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