viernes, 20 de noviembre de 2015

Está decidido...te libero de mí...

Como en el juego de la infancia...Basta para mí y basta para todos...
Nacimos solos y moriremos solos... ¿Por qué entonces empecinarnos en estar acompañados??
Largo camino el de aprender a vivir con uno mismo...
Despojarnos de las expectativas sobre la relación con el otro que casi invariablemente nos lleva a la frustración permanente... Obvio que el otro no reacciona como yo lo haría. No tengo que importarle como él/ella a mí. No tiene por qué luchar por nuestra relación como yo lo hago...No hay ningún contrato que lo establezca. El otro es otro, tan claro como el agua... No tiene nuestras mismas necesidades ni carencias...
El afecto simplemente sucede, más allá de las diferencias...
El desafío es cómo no padecerlas.Cómo no estar pendiente y sufrir la falta de interés del otro por uno. Cómo creer que está si en realidad no lo siento... Cómo apostar a relaciones en las que uno solo tira del carro...
Tal vez ese sea el error...Cuando dos no quieren uno no puede....
Por eso hoy te libero de mí....a todos y a cada uno... no existe ningún compromiso que nos una...
Lo que el afecto dice, los hechos muchas veces no lo muestran. 
No me debes nada, estás libre de todo compromiso...
Lo que no existe ni existió ya no tiene que llegar...
Pero eso sí, ya no esperes que siga siendo la que fui...
Estoy en plena construcción de mi soledad como modo de protegerme y quererme más. 
Después de todo...era hora. Y me lo merezco!!..



miércoles, 18 de noviembre de 2015



EXTRAÑAR...

Dicen que extrañar es el precio que se paga por haber vivido momentos extraordinarios...
Debe ser...
Yo soy especialista en extrañar...
No me gusta estar lejos, sentirme lejos de la gente que amo...
Si es tan lindo saludarse a la mañana o darse las buenas noches, levantar el teléfono y compartir la vida, esa, la de todos los días...
No hay como sentirse querida por recibir un mensajito de texto que nos pregunte cómo estamos...a veces sólo eso alcanza...
Adoro las charlas eternas por chat, por teléfono o café de por medio (Esas son las mejores porque nos permite mirarnos).
Me gusta estar cerca de los que quiero, darles la mano, un abrazo y sentir el calor así, cerquita...
No disfruto de la distancia en kilómetros pero menos de la que pone el tiempo...
En estos tiempos  que corren sólo está lejos quien decide estarlo. Y tiene derecho. Pero yo lo sufro...
Me cuesta admitir que da lo mismo verse o hablarse que no hacerlo...
Y sí, soy así, intensa, de demostrar el afecto todo lo que puedo y tratar de estar cerca siempre. 
Lo contrario me genera esfuerzo y dolor...
Pero estoy transitando un camino interior en el que puedo empezar a descubrir que el otro quizás no  necesite lo mismo, que prefiera estar solo y que está en su derecho...
Y busco y busco las herramientas para protegerme sin necesidad de bajar persianas. Porque eso es lo que me nace hacer para no ver qué pasa de otro lado. Para sentirme a salvo del olvido o de la indiferencia, o simplemente de comprobar que no soy tan parte de la vida del otro como yo quisiera...
Y sí...ya estoy grande...ya podría haberlo aprendido. Pero todavía me cuesta...
Y después de todo qué tiene de malo decir...Te extraño....