Detrás de la tormenta...
Hoy veía desde mi patio un tenue arco iris en medio de tanto cielo plomizo. Y pensaba que estos días grises me ayudan a ver el sol que anida en mí... Cuando el viento y la lluvia azotan, uno echa mano de lo que tiene más cerca para cubrirse...Y no siempre es el paraguas adecuado. A veces toma prestado un piloto que no le pertenece y tarde o temprano hay que volverlo a su lugar. Cuando los pies van aplastando charcos que incomodan, humedeciendo las neuronas y nublando los sent imientos, muchas veces nos sentimos tentados de cruzar a la vereda de enfrente para ver si desde allí, la tormenta se ve diferente, o si al menos alcanzamos a ver un rayo de sol. A veces hasta aparece alguna mano cálida, ofreciendo su ayuda para cruzar la calle, al parecer, sin mayores consecuencias.Por momentos nos negamos por temor a lo que pueda pasar. Otras nos aferramos fuertemente creyendo que allí está la salida a nuestra desorientación. Pero luego comprendemos que la tormenta sigue allí arriba, só...