viernes, 12 de abril de 2019

Hoy podría ser la última vez...


Hoy leía en una publicación relacionada con los hijos acerca de "las últimas veces" ...
Las últimas veces de alzarlos a upa, de llevarlos a la escuela, de que se acuesten en nuestra cama....
Todas esas últimas veces que no registramos que serían las últimas hasta que no volvieron a ocurrir...
Cuántas veces eso nos pasa en otros órdenes de la vida, a veces a conciencia y otras sin percatarnos...
La última vez de ir a ese trabajo que fue "tu lugar" durante tantos años...
La última charla con ese amigo/ confidente que sabía de vos más que tu psicólogo y hasta que vos mismo y un buen día decidió que ya no eras buena compañía para su vida...
La última visita a esa casa que considerabas un poco tuya porque el afecto y la confianza así lo habían resuelto...
La última caricia a esa mascota que formaba parte de tu familia y un buen día ya no despertó de nuevo...
Esa última cena familiar que no volvió a repetirse por esos malos entendidos o egos de los grandes, que dejan a los chicos sin esas fuentes de amor que creían eternas...
Ese último viaje en ascensor de hospital que tenía sabor a esperanza...
Esa última caricia y palmada de ánimo a quien en el fondo sabe que se está despidiendo porque su cuerpo ya no resiste...
Las últimas veces no son tristes...lo triste es cuando nos damos cuenta de que ya no habrá otra oportunidad de revivirlas...
Y ahí nos cae la ficha de lo irremediable. A veces por la finitud de la vida... Esas son indiscutibles.
Y otras por la estupidez humana, que pone muros en donde siempre debió haber puentes...
Y nosotros seguimos en el día a día, agarrándonos fuerte a esas ausencias tan presentes, tratando de aprender a vivir más intensamente el HOY como si en ello se nos fuera la vida...
Y es que se nos va...literalmente se nos va...
Y mientras intentamos aprender de una vez y para siempre a disfrutar cada minuto de la forma más intensa posible, cada tanto se nos cuela la nostalgia por lo que nunca debió dejar de ser aunque ya no sea....
Allí aparecen los interrogantes y la filosofía barata de si eso al final valió la pena....Qué más da! Si ya no es....
                                                                                   
  Y amanece...
y comienza una nueva oportunidad de llorar fuerte si duele, reír a carcajadas si estoy feliz, abrazar fuerte si amo y no permitir nunca más que haya un muro en donde puedo construir un puente...
.
Y sé que mientras lo intento, esas ausencias presentes, me miran sonrientes y en un vuelo de coloridas mariposas me muestran que la vida vale la pena...Siempre...

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